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domingo, 27 de octubre de 2019

Obviamente no soy yo la que anda escribiendo en elenaenvacaciones.com

Desempolvo mi blog luego de todos estos años para explicar por qué de repente le están llegando emails sobre sitios para vacacionar —escritos como el culo—: obviamente no soy yo. 

Se trata de un impersonator que quizás anda ahí tratando de ganarse unos dólares de SEO, que compró el dominio de "elenaenvacaciones.com" hace unos meses —utilizando un teléfono falso— y que, aún no sé exactamente cómo, logró unir su website con el mailing list de este blog (aún no sé cómo porque en Blogger nunca pude ver la lista de subscriptores).

El website está todo mal montado y los artículos son un montón de palabras optimizadas para SEO. 

ni siquiera se preocupó por ponerle un menú de navegación... madre chapuza.

En fin, sólo quería dejar esto acá porque la gente me ha escrito un poco confundida sobre "qué le pasó a tu blog?". No soy yo. 

miércoles, 31 de diciembre de 2014

¡Adiós, Elenaenvacaciones!

Dentro del cliché de todas las cosas tienen un final, pues hoy terminan dos: el 2014 y mi blog. Abajo encontrarán unas líneas cuyo objetivo es completar lo que comenzó seis años atrás.

Elena en vacaciones

En una madrugada de abril en el 2009, en un ataque de querer decir mil cosas en otro medio aparte del papel, comencé a escribir acá. Eran mis vacaciones de semana santa durante el período universitario... por eso el título. De aquella tenía 20 años, ahora ya son 26.

El objetivo inicial del blog era incierto y como casi todo su contenido, completamente visceral: un 90% de los escritos se hicieron y publicaron de madrugada, de un solo golpe. Así este espacio se fue moldeando como el repositorio, con lujos de detalles, de todas las cosas que pensaba y de todas mis vivencias. El blog cubrió esa cuota de soledad y de ganas de compartir absolutamente todo, quizás buscando aprobación o consejos o simplemente para llamar la atención.

Confieso que escribir de madrugada puede ser liberador -aunque es neuronalmente nocivo-, pero publicarlo de una vez es como escribir borracha por Twitter. Error. Las cosas en la mañana siguiente se verán distintas.

Al final el blog tuvo un efecto terapéutico. Mantuvo mi sanidad mental mientras vivía en Venezuela y fue una manera sencilla de conectar con gente que pensaba como yo. A la vez, fue una manera de poner en práctica conceptos aprendidos mientras estudiaba comunicación.

Por otro lado, ser neurótica y tener un blog significa que tu escritura mejorará. Todas aquellas reglas gramaticales y de puntuación tomaron una verdadera forma cuando me tocaba escribir: buscar cuál era la manera correcta entre "por qué, porqué y por que", entre "sólo y solo" (hasta que la RAE se puso a joder), y así, las comencé a practicar aquí. Lo mismo con el vocabulario: luego de que usas una palabra varias veces, te preguntas: "bien, ¿cómo puedo cambiarla en esta oración?".

A través del blog conocí gente interesante y llegué a hacer proyectos divertidos. Sin duda este blog fue parte clave de mi vida entre el 2009 y 2012, y quizás varias cosas de mi presente hubiesen sido distintas de no haber existido Elena en vacaciones.

Preciada privacidad

Por la naturaleza de este espacio, siempre fue complicado dibujar una línea entre mi privacidad y la privacidad de la gente que me rodeaba.

Al final la mayoría de los posts eran Elena vs. el mundo, pero en la líneas se colaban cuestiones de otros que, viéndolo a esta edad, eran totalmente innecesarias. Yo defendía lo de "¡soy libre de escribir lo que me dé la gana!", cuando me objetaban lo de exponer cuestiones privadas y explicaba "todo lo que publico son cosas que no me da miedo decir". Bien. La pregunta que ahora me hago: ¿por qué?, ¿qué gano realmente con eso?, ¿no me estoy quitando el privilegio de procesar los momentos por mi cuenta?, ¿qué gano con que el Internet archive cosas como el aburrimiento que me dan las reuniones familiares?, ¿alguien gana algo con saber eso, es su vida mejor? No.

Hablando objetivamente, la privacidad en estos tiempos es un lujo y dominarla es todo un arte. Que te suceda algo importante y que eso no quede registrado por tu teléfono o plasmado en algún sitio de Internet, es difícil. La privacidad no es un asunto de cláusulas de Internet, es parte de una mentalidad. Una mentalidad menos histriónica, pienso.

A mí me parece interesantísimo cómo es que interactuamos con la tecnología y la carrera que ando construyendo se basa justamente en eso, pero es cuestión de balancear las cosas y de querer hacerlo de una vez.

Me imagino que todo es parte de madurar o de comenzar a ver las cosas diferente. Últimamente, cada vez que he escrito en el blog a modo de catarsis -algo que aún mantengo- pues no termino publicándolo porque no le encuentro el sentido. No veo el real aporte.

Al final dejé de sentirme cómoda con la idea de escribir sobre mí, y pienso que hay otras cosas valiosas sobre las que puedo hablar.

Esa misma incomodidad y darme cuenta de lo absurdamente pavoso de algunos escritos (la mayoría), hizo que colocara todas las entradas en borradores; no las eliminé definitivamente ya que son parte de mi historia pero prefiero dejar a Elena en vacaciones como parte de un caché. Es por eso que el blog quedará con este post de despedida.

Next steps

Tener un blog me enseñó la importancia de mantener un espacio en el que puedas expresarte como desees; tienes autoridad inmediata sobre lo que haces, vivir sus consecuencias y al final, puedes convertirlo en tu pequeño experimento.

Así como Elena en vacaciones mantuvo mi mente activa mientras vivía en la loca Caracas, no descarto tener un espacio para escribir todas estas cosas que estoy aprendiendo en Londres, pero en un formato más simple, valioso y cero dramático.

Me parece mucho más constructivo comenzar a moverme en otros asuntos y dejar este blog así, finalizado.

Fue un buen viaje. Que tengan un genial 2015.


Elena.

P.D. Dado que a veces provoca hablar de off topics, y por la flexibilidad de la plataforma, la página de FB quedará activa por un tiempo (¿indefinido? no lo tengo muy claro).